miércoles, 2 de enero de 2008

AMISTADES NAVIDEÑAS


Estas fiestas navideñas son, por excelencia, las fechas de reencuentros, llamadas telefónicas y demás contactos, que durante el resto del año damos por perdidos. Amigos que se recuperan, o que, simplemente, conservamos con tan solo una comunicación anual. El caso es que, sea como fuere, mandé un SMS a un amigo de facultad, un buen amigo de facultad. Me pareció extraño, pero no obtuve una respuesta inmediata. Caida la noche, sonó el móvil. Era Gonzalo. Llevaba, casi dos años sin hablar con él -el año pasado no coseguimos hablar por estos mismos dias-. Es curioso, lo rápido que pasa el tiempo, y la cantidad de cosas que puedes hacer. Sabía que estaba en Madrid estudiando Arquitectura -el muy "traidor" se pasó a la superior-, al igual que Alfonso, otro colega de facultad. Durante una media hora larga de comunicación, fuimos recordando los viejos tiempos en Barcelona. Que si las clases, que si el "gitano" del profesor tal y el profesor cual, que si los colegas, que si los no tan colegas, que si las salidas nocturnas y cenas báquicas, y un sinfín más de anécdotas que, dificilmente, podremos olvidar.
Pasados ya una veintena de años, los comentarios actuales, ya van por otro camino. Que si cuantos niños tienes, que si se llaman fulanito o menganito, que si estás bien de salud -la pregunta típica a formular justo en la entrada de los 40-, que si que tal tu mujer y el resto de la familia, y así te actualizas de forma inmediata.
Normalmente sueles tener mayor contacto con los compañeros que desarrollan tu misma profesión en la misma zona o provincia, perdiendo comunicación con los que trabajan más alejados. Cierto es que algunos de los que estan cerca, a veces, son los que tendrian que estar más lejos, pero así es la vida.
Al final, siempre acabas quedando para hacer una visita, que en el 90% de los casos acaba por no producirse, llamando al año siguiente por telefono y repitiendo la misma operación del año anterior. Lo de la visita suele entrañar un cierto riesgo, ya que puedes ser víctima de bromas, por la repercusión sufrida en tu cuerpo por el paso de los años -aunque siempre nos queda nuestro interior, que es lo realmente bello-.
La vida sigue, conoces nueva gente, te relacionas con nuevos amigos, trabajas con nuevos compañeros, pero siempre es agradable poder hablar o reencontrarte con antiguas amistades, aunque sea una vez al año.
Un saludo,
Jordi Carner

1 comentario:

Juan Sebastián Rodríguez-Moranta dijo...

Hola jordi, me hallo plenamente recuperado y con un machete entre los dientes; casi en plena forma. Tienes razón en lo de ver la Navidad como una especie de "marca" que nos ayuda a entender que todo vuelve, que todo se repite.

Sería curioso que el año no tuviera final, que los días se añadieran uno detrás de otro, que no hubiera ni Navidad, ni Semana Santa, ni fiestas patronales;que no hubiera "marcas" en el tiempo, que las fiestas fueran siempre nuevas de manera que nunca pudiéramos percibir que hay algo así como las 2amistades navideñas"

Bueno, no me enrrollo más... un saludo, me voy a mi casita que mñana hay bastante lío...juan